El copyright © implica, por una parte, que Pepita se atribuye la propiedad de todos los textos que aparecen en esta web o que tiene los derechos para reproducirlos o que estos han caducado.

Por otra, con ello manifiesta que

el diseño: proyecto y producción creativos de contenidos...

la maquetación: distribución, separación y presentación gráfica de espacios, colores, fuentes...

la programación en HTML5, CSS3, Javascript, htaccess...

le pertenecen o cuenta con las autorizaciones y permisos de su legítimo dueño para emplearlos o reproducirlos a su voluntad aquí o en cualquier otro medio de difusión, público o privado, lo que no es exacto.

El copyright está protegido internacionalmente por la ley que sanciona administrativa o penalmente su infracción según la gravedad de la misma. Pero antes de llegar a ello, la sociedad, salvo los marginales que viven a su costa, reprueba estas conductas que buscan aprovecharse del trabajo ajeno y hacerse pasar por creadores y poseedores de lo que no es suyo.

¿Qué hará Pepita al ser sorprendida? ¿Encogerse de hombros? ¿Poner la cara de las vacas que ven pasar el tren? ¿Actuar como los rateros resabiados que juran y perjuran que el botín producto de sus fechorías procede de una herencia? Ya no puede alegar ignorancia.

Pepita, y solamente ella, puede poner fin a este desaguisado, nunca mejor dicho, todavía sin coste social ni económico para ella y en pocos minutos.

Ya es suficiente por ahora, ojalá Pepita no continue con su proceder insensato y contumaz y dé por terminado este enojoso asunto. Así no habrá ocasión de más comentarios y valoraciones sobre la web que está perpetrando.